In my capacity as agent for the Madrid Tourist Authority, I
think the next stage is a one way ticket.
Hitting the city at full pelt on Friday night may have been
a tactical mistake but that's the way it all shaped up. Maybe just taking the foot off the gas a tad may have set
us up better for Saturday but when you’re in the eye of a storm like this, the
last thing you’re thinking about is moderation. The locations that we found
ourselves in were as follows Casa Parrondo, Templo Del Gato, Weirdo!, Wharf 73 and Wurlitzer. All 150% recommended with the NBT seal of
approval if you’re in town.
After that a wee siesta was in order before the show and all
the fun stuff like sound check. The city was teeming with people and an attempt
to partake of an Asturian joint was thwarted. Despite the best efforts of
Corporal Laura to instill some discipline in the hapless waiter that was
fighting a pretty valiant losing battle. She had an excellent Plan B that
involved regular haunt Ovni and that provided the necessary croqueta action for
the boozing to follow. From there to Wurli, just in time for Los Brackets – a
fun punk combo from Valencia that have the Ramones end of Screeching Weaselness down pat. They just rattle it out in machine gun
fashion, no pissing about. Bang. Bang. Bang. You don’t even notice the comedy
Proclaimers type glasses they don when onstage. I’m a sucker for this kind of
thing. Particularly when it’s rattled out this well. They and their crew were
very cool kids. Incidentally, in combing the net, I discovered that Brackets are teeth braces in Spain.
Potential wardrobe malfunction thwarted, The D’s took the stage and proceeded to wipe the floor with us. They just get better and better and even although I’m biased, this could well have been their best show in this hallowed hostelry yet. I hadn’t seen them do “Crush On You” before into the bargain. The hang out there afterwards was of the usual high standards and I thank Helena, Alvaro, Jorge and birthday boy Benito for throwing the bash that would colour much of the next day...
The band left horrendously early and I spent much of the day in a semi-coma until I met up with Sir Marco of Ghost Highway Industries. A wee bit later Inigo and I had a couple of beers and further croquetas but that was the extent of the festivities. As I wandered toward the hostal, my inner demons were battling with a modicum of sense. I wanted to go to Wharf to see Alvaro, and also to make a final 2013 pit stop at Wurlitzer but bottled it. Somehow I was back in my digs just a little after midnight. This was founded upon having an early breakfast and not wanting to go to the airport feeling any more miserable than I would at having to leave. Compounded by finding out that Jonathan and co would be in town just hours after I’d gone.
Them is the breaks though and one should be thankful for the blessing that is taking part in such malarkey. Upcoming shows by those Flamin Groovies and Redd Kross are tempting but I guess it’ll be a bit before I’m back. Three times this year is a pretty sound innings and I’d like to thank everyone that makes that possible spiritually and every which way. They know who they are.
My croqueta jones is in full swing. I wonder if they’re available on prescription anyplace?
3 comments:
Surprise! In gratitude for your never-ending kindness, and all the stickers, and all your sweet gifts, and everything, here is my translation of your post, for sharing it with your Spanish friends with little level of English, or I should say with little level of your Scottish slangy English ;-)
"En mi calidad de agente de la oficina de turismo de Madrid, creo que mi próximo paso será comprar solo el billete de ida.
Puede que quemar la ciudad el viernes por la noche fuera un error táctico, pero la cosa surgió, ¿qué le vamos a hacer? Quizá si hubiéramos parado un poco el carro habríamos estado mejor el sábado, pero, cuando estás tan en el ojo del huracán, lo último en lo que piensas es en moderarte. Los lugares donde nos dejamos caer fueron, en este orden, Casa Parrondo, el Templo Del Gato, el Weirdo!, el Wharf 73 y el Wurlitzer, todos ellos con el sello de calidad NBT, y que os recomiendo al 150 % si os dejáis caer por la ciudad.
Line y Andre en el fabuloso bar La Alegría
Fotografía: Blanca Velasco Navarro.
Después llegó la hora de la minisiesta de rigor previa al concierto y de eso tan divertido llamado «prueba de sonido». La ciudad estaba a rebosar de gente, y nos fue imposible pedir nada en un garito asturiano en el que entramos, por mucho que se empeñara la sargenta Laura en inculcar disciplina al desafortunado camarero, que libraba —¡ay de él! — una batalla perdida. Pero bueno, tenía un fantástico plan B: ir a uno de sus lugares predilectos, el Ovni, a aprovisionarnos de las croquetas suficientes para la conga que se avecinaba. De ahí fuimos al Wurli, justo a tiempo para ver a Los Brackets, un divertidísimo grupo de punk de Valencia que tenía muy bien pillado el punto al «Ramones» de los Screeching Weaselness. Son como una ametralladora, no se andan con tonterías. ¡Ta-ta-ta-ta-ta-ta! Ni me di cuenta de la parodia de los Proclaimers que hicieron, poniéndose todos las mismas gafas para tocar. Siempre me pasan esas cosas, sobre todo cuando alguien le pega tan duro. Los del grupo y sus colegas eran unos chavales muy majos. Por cierto, buscando en Internet, he visto que «Brackets» es como llaman en España al aparato dental.
Tras solventar un problema de vestuario, los Dahlmanns subieron al escenario dispuestos a machacarnos. Tengo que decir que cada vez son mejores y, aunque está claro que no soy imparcial, este fue probablemente su mejor concierto en esta bendita sala. Para colmo, fue la primera vez que los vi tocar Crush On You. La jarana posterior estuvo genial, a la altura de las anteriores, y agradezco a Helena, Álvaro, Jorge y al cumpleañero Benito que montaran esta fiesta, que afectaría a gran parte del día siguiente…
Los Dahlmanns volvieron a Noruega terriblemente pronto, y me pasé la mayor parte del día en estado de semicoma, hasta que quedé con el señor Marco, de Ghost Highway Industries. Un poco más tarde, quedé con Íñigo y echamos unas cañas y unas croquetas, y ahí acabó el fin de semana festivo. Cuando estaba volviendo al hostal, mis demonios interiores peleaban entre ellos con cierto grado de lógica. Quería ir al Wharf a ver a Álvaro, y hacer mi última visita de 2013 al Wurlitzer, pero al final me rajé. No sé cómo lo hice, pero volví a mi habitación poco antes de medianoche. Seguramente fue porque iba a desayunar temprano y no quería ir al aeropuerto con una depresión mayor que la que me causaba tener que irme. Encima, dos horas después de irme, me enteré de que Jonathan y compañía estaban en Madrid.
Pero bueno, así es la vida, y tengo que dar las gracias por tener la suerte de participar en este frenesí. Me tientan los próximos conciertos de los Flamin Groovies y Redd Kross, pero creo que hasta dentro de un tiempo no voy a volver. Las tres visitas de este año han estado muy bien, y quiero darle las gracias a todos los que lo han hecho posible, espiritualmente y como sea. Ellos saben quiénes son.
Por cierto, mi adicción a las croquetas es ya preocupante. Me pregunto si me la darán con receta en algún lado."
Sara sez...
there's a typo in the last sentence, it should read: "Me pregunto si me las darán con receta en algún lado."
I am very chuffed with this!
Ha! I love you Lindsay Hutton <3
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